| I¡Salve hermoso jirón de la Patria!
 ¡Esmeralda de inmenso valor!
 ¡Qué admirable y fecundo es tu suelo!
 ¡Y qué bellos tus campos en flor!
 ¡Tierra hidalga!, la luz de tu cielo
 baña de oro y riqueza tu faz,
 para hacerse canción en las almas
 y tornarse en efluvios de paz.
 
 | IIDe las ruinas, escombros, cenizas
 en el que hado fatal te sumió,
 renaciste riente y lozana,
 como nadie jamás te soñó.
 Y hoy natura a tus pies se engalana,
 tus ciudades son fruto en sazón,
 y una pléyade activa y gallarda
 te ha ofrecido su amor y su acción.
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